Han pasado más de 150 años desde que Ignaz Semmelweis, un médico húngaro, demostró que el hecho de que los médicos
se lavasen las manos en el hospital evitaba la muerte de mujeres
parturientas al dar a luz. Hoy, ese gesto, tan sencillo como cotidiano,
cobra en las últimas semanas un valor incalculable al haberse convertido
en una de las soluciones más eficaces para evitar el contagio del virus COVID-19 conocido ya en todo el mundo como coronavirus. Increíble, ¿verdad?
Pues ya sabéis, algo tan sencillo como lavarnos las manos nos salva de infecciones así que no olvidéis hacerlo a menudo. FELIZ FIN DE SEMANA.